Evaluación y diagnóstico infanto-juvenil
El proceso de evaluación psicológica constituye uno de los aspectos más importantes de la intervención en el ámbito de la psicología.
Para poder realizar un tratamiento adecuado, es necesario llevar a cabo previamente una evaluación que va a permitir determinar la realidad que presenta el niño/a, adolescente o joven que llega a consulta, así como detectar las posibles causas, sintomatología y necesidades concretas para planificar una intervención más adecuada. Esta evaluación no siempre conlleva la confirmación de un diagnóstico y en aquellos casos que se confirma, el objetivo no es aplicar una “etiqueta diagnóstica” sino conocer mejor la naturaleza de los síntomas o dificultades que la persona está experimentando y así poder ayudarle de una manera más acertada.

Para llevar a cabo la evaluación psicológica, se seguirá el siguiente proceso:
- Entrevista con los padres y entrevista con el niño/a, adolescente o joven cuando sea posible y se determine conveniente. La entrevista con el niño/a se realiza principalmente a través del juego.
- Aplicación de pruebas generales y de screening (pruebas que requieren menor tiempo de aplicación para detectar rasgos y características que pueden indicarnos sospecha de un determinado diagnóstico o dificultad).
- Aplicación de pruebas específicas que se realizarán en función de los resultados de las pruebas anteriores, con el objetivo de conocer en mayor profundidad algunos aspectos que se consideren importantes. A continuación, se describen algunas de las pruebas con las que contamos en consulta, en referencia a cada una de las áreas principales de valoración:
-
- Desarrollo cognitivo: K-BIT, CUMANIN y CUMANES.
- Comunicación y Lenguaje: ITPA, PLON-R y PEABODY.
- Lecto-escritura: DST-J, TALE, PROLEC-R, PROESC y PROLEXIA.
- Atención: EDAH, D2, CSAT-R, CARAS-R, e-TDAH.
- Desarrollo afectivo y emocional: pruebas proyectivas como el dibujo de la familia, de la figura humana, FTT, PATA NEGRA, CAT/TAT y/o pruebas clínicas como el CDI, STAIC, CAS, A-EP y CECAD.
- Personalidad: cuestionarios de Cattell, TAMAI y MMPI-A.
- Habilidades sociales: Escala EHS.
- Orientación vocacional y profesional: IPP-R y Explora.
-
- Análisis de resultados y estudio de las necesidades para programar la intervención y el proceso terapéutico.
- Sesión con la familia, adolescente o joven para comunicar los resultados y comenzar, si se considera necesario, la intervención terapéutica.